Construir una relación de pareja es un proceso largo (el tiempo varía para cada pareja) y hermoso, una montaña rusa de emociones que le aporta color a la vida, como todo lo valioso en la vida del ser humano.
Eso si, nadie ha dicho que este proceso sea sencillo, lo que no quiere decir que no valga la pena y pueda llegar a ser muy gratificante.
De acuerdo a mi experiencia, una relación de pareja estable pasa por tres etapas importantes, que yo llamo: Enamoramiento, Revelación y Amor.
Hablaré un poco de cada una de ellas, pero antes aclaro que NO hay un tiempo estipulado para cada una, de hecho pueden coexistir, o ir de una a otra. Como en todos los procesos emocionales, cada caso es diferente.
Consiste en una etapa en la cual se viven las emociones con mucha intensidad: pasión, afecto, ansiedad, ternura, deseo, excitación, etc. Se han creado frases para describirlo como “Siento mariposas en el estómago”, o “Mi corazón late a mil por horas al verte o pensar en ti”, entre otras.
Debido a la liberación de neurotransmisores y al descontrol hormonal en esta fase, se comienzan a experimentar alteraciones físicas y emocionales, como:
Aumento de la sudoración.
Dilatación de las pupilas.
Problemas de sueño y de apetito.
Aumento del ritmo cardíaco.
Pérdida de la concentración.
Movimientos peristálticos intestinales (mariposas en el estómago).
Estrés.
Deseos de pasar todo el tiempo con esa persona.
Aumento de la necesidad de intimidad y del deseo sexual.
Temor al rechazo, entre otras.
En esta etapa la atracción y la pasión son elevadas, y son lo que nos impulsa a desear pasar el mayor tiempo posible con la persona amada.
Otro aspecto a resaltar es la idealización la cual es normal en esta etapa durante un período corto de tiempo. Consiste en percibir al otro como alguien perfecto, resaltando sus aspectos positivos y negando o "no viendo" los negativos.
Esta etapa permite que se genere el vínculo emocional y la admiración, facilitando el crecimiento de la relación.
Cuando la idealización comienza a caer, es el paso a la siguiente etapa.
Período en el que termina de caer la idealización y descubrimos facetas del otro que no habíamos visto, o no habíamos querido ver, lo que genera angustia y preocupación.
Es común escuchar “cambió de personalidad”, o “eso no fue que me enseñó al principio”.
Esta fase está llena de dudas y temores ¿Será la persona adecuada?, ¿Podré continuar la relación?, ¿Seré feliz con esta persona?. Esas preguntas son normales y necesarias.
En esta etapa se hace un análisis más racional de la relación, viendo lo que te aporta y lo que debes cambiar y ceder. Te permite decidir de una manera más consciente.
¡Darte cuenta si la felicidad que te aporta supera los malos momentos!
En esta fase se producen muchas rupturas. Pero las que perduran, se fortalecen debido a que se fomenta un compromiso con la pareja, de manera más consciente. Ya no solo se habla del otro sino de “nosotros”.
Luego de que se superan muchas de estas dudas, comienza una relación madura. Se disminuye la intensidad de las emociones y se mejoran las reacciones físicas, algunas desaparecen.
Se le da paso a un equipo formado por dos, por el "nosotros".
Se establece un compromiso, una decisión de estar con la otra persona por todo lo que me aporta y la felicidad que le suma a mi vida.
Se disfruta de la compañía del otro sin idealizarlo, se establece una nueva dinámica de funcionamiento única para la pareja, basada en la confianza y el respeto que hemos construido juntos.
Esto no quiere decir que las crisis se acabaron, cada etapa conlleva un cambio y por ende una nueva dificultad que cada pareja manejará a su manera. Pero ya esas serán objeto de otro artículo.
Este test gratuito de 6 preguntas te puede ayudar a estar más clar@.
Este test gratuito de 6 preguntas te puede ayudar a estar más clar@.